sábado, 21 de noviembre de 2009

Tapa "mandálica" de langostinos...

Pintando mandalas nos conectamos con lo que está ocurriendo, nos devuelve al presente, nos hace olvidar las preocupaciones del pasado y aleja la ansiedad que provoca el futuro incierto, nos ayuda a olvidar las urgencias surgidas del “yo quiero” y “yo debo”.

..."Constituye un remanso para mitigar el dolor de sentirse disperso, fragmentado y confuso"... (Norma Osnajansky, El poder de los mandalas)

Aquí pintando mis mandalas.


Y precisamente, luego de pintar este mandala, intenté construir un "mandala gastronómico" (por llamarlo de alguna forma), para luego practicar el ritual del desapego, o sea, destruirlo en 3 minutos que me llevo comerlo!

Los "Lamas Tibetanos", a lo largo de varios días, construyen mandalas con arena de colores. Luego, una vez concluidos y tras una jornada de contemplación en silencio, el mandala es destruido ritualmente y se lo arroja a algún curso de agua cercano. Dicen que quienes han presenciado la ceremonia de destrucción del mandala jamás podrán olvidarla. Causa estremecimiento ver desaparecer tanta belleza y perfección, al mismo tiempo surge un estado de respeto reverencial hacia la impermanencia de todo lo vivo y de agradecimiento por esa verdadera lección de desapego a lo material, que es lo que estos maestros tibetanos intentan transmitir.

Aquí va mi creación mandálica:
Ingredientes:
2 langostinos pelados
1 bastón de kani Kama
Huevos una unidad
Limón una unidad
Ramita de perejil
Sal pimienta c/n
Aceite neutro una cucharadita de postre
Pimiento rojo ½ unidad
Crema de leche dos cucharadas soperas
Diente de ajo ½ diente cubeteado
Procedimiento:
Cocemos el huevo al estilo poché ( hay muchas formas pero esta es la más sencilla, colocando agua en una sartén con un poco de sal y vinagre, cuando comienza a hervir pochamos el huevo y lo intrudicimos suavemente en el agua, luego de unos minutos retiramos cuidadosamente con una espumadera y listo!) reservamos.
Llevamos el pimiento al fuego de la hornalla o al horno hasta que este tierno, luego retiramos y pelamos, colocamos la pulpa en un recipiente con sal y pimienta a gusto, el medio diente de ajo cubeteado y las dos cucharadas de crema de leche más un hilito de oliva, y procesamos con la ayuda de un mixer por unos minutos hasta que la preparación este cremosa y homogénea, luego colocamos en un recipiente en la heladera hasta el momento de usar.
Limpiamos los langostinos dejando la ultima parte de la escama, cola, dejamos reposar unos minutos en un recipiente con jugo de limón sal y pimienta, luego, doramos en una sartén con aceite neutro sal y pimienta.
Por último cortamos en gajos el limón, picamos el perejil y cortamos en rueditas finas el bastón de kani kama.
Armado:
Colocamos el huevo poche en el centro del plato, emparejamos los bordes con ayuda de un cortante. Luego acomodamos los langostinos abrazando al huevo. Disponemos las rueditas de kani kama circularmente alrededor de los langostinos. Colocamos las rodajas de limón siguiendo la forma circular. Decoramos con perejil picado y vertemos la crema de pimientos rojos por encima de las rueditas de kani kama con la ayuda de una manga o pico o vertedor. Y por ultimo en honor a los lamas tibetanos, contemplamos unos segundos y destruimos!!! Ahhh foto mediante sino no podría habérselos mostrado!

Mas sobre mandalas…
Mandala pintado en una de las paredes del "Shanti" de la Fundación Salud, en Buenos Aires.
La palabra mandala es de origen sanscrito y está compuesta por las expresiones manda ( esencia) y la ( concreción), concreción de la esencia. En pos de este anhelo, personas de distintas culturas desde el pasado muy remoto y hasta la actualidad han creado y lo siguen haciendo estas figuras de infinitas variaciones, que básicamente se organizan, en forma radial con un centro y una periferia. Como símbolo de la totalidad, el mandala nos lleva de la periferia al centro y viceversa, en movimientos circulares y alternativos cada vez que los recorremos con la mirada. Es la eterna danza ritual de la vida. Dentro de cada una de estas figuras circulares , los símbolos, las representaciones numéricas, y los colores están organizados alrededor del punto central y forman una representación condensada del universo.
En todas las grandes culturas de la antigüedad, ligadas a la espiritualidad y a la transformación, el círculo representaba lo "eterno, trascendente y absoluto" El psicólogo suizo Carl Gustav Jung, dedicó parte de su obra a estudiar estos símbolos lo cual se puede ver en su libro “El secreto de la flor de Oro”, donde realiza un profundo estudio sobre los mandalas y su influencia en el inconsciente. Los mandalas condensan y centralizan las energías del cosmos y de las personas, dándole un sentido armonioso a cualquier situación de caos y confusión, lo cual abre puertas hacia la propia sabiduría espiritual. (José Maureira)
Sobre los beneficios de los mandalas:
Fomenta la paciencia. Despierta los sentidos. Fortalece nuestra capacidad de concentración. Puedes deshacer bloqueos y tensiones internas. Reduce el estrés y produce una sensación de bienestar general. Entrena la memoria. Desarrolla la creatividad. Ayuda a desconectar de las preocupaciones diarias. A nivel terapéutico, se usan para equilibrar el hemisferio racional y el creativo, ya que las figuras geométricas que se hay en un mandala son captadas por nuestro lado lógico, y los colores y dibujos, por nuestro lado creativo.

Pinten, dibujen, construyan y cocinen. Suerte y hasta la proxima...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...